Saqué del agua el cuerpecito de un pequeño osezno, pero lo que me sucedió poco después fue un verdadero shock

POSITIVO

Saqué del agua el cuerpecito de un pequeño oso, pero lo que me ocurrió poco después fue un verdadero shock 😱😱

Mientras caminaba a lo largo de un río profundo, noté algo extraño en la superficie del agua. Allí estaba un pequeño oso.

Mi primer pensamiento fue que la cría simplemente se estaba divirtiendo, nadando. Pero al acercarme, me di cuenta: el cachorro no se movía en absoluto y estaba inmóvil sobre el agua.

—Probablemente se ha ahogado —murmuré, extendiendo la mano para sacarlo.

Lo saqué cuidadosamente del agua. Lo toqué varias veces, lo sacudí, esperando que cobrara vida, pero todo fue inútil. Parecía sin vida.

Pero en ese momento ocurrió algo terrible 😱😱 Continuación 👇👇

Я достал из воды тельце маленького медвежонка, но то, что случилось со мной через некоторое время, стало настоящим потрясением

De repente, detrás de mí se escuchó un gruñido grave y bajo. Me recorrió un escalofrío. Me giré lentamente —y la vi.

De entre los arbustos salió una enorme osa. Sus ojos ardían de furia, su respiración era entrecortada. Al ver que tenía a su cría en mis manos, decidió que yo la había matado.

Я достал из воды тельце маленького медвежонка, но то, что случилось со мной через некоторое время, стало настоящим потрясением

Con un fuerte rugido se puso sobre sus patas traseras. La tierra pareció temblar.

En pánico, lancé al osezno de nuevo al agua y salí corriendo por la orilla. Pero la osa era más rápida. Me alcanzó en segundos y me golpeó la espalda con la pata.

Un dolor agudo atravesó mi cuerpo: las garras dejaron profundas marcas. Apenas pude mantenerme de pie, la sangre empapó mi camisa.
Pero el miedo me dio fuerza. Corrí entre los árboles, zigzagueando, hasta escuchar cómo su gruñido se desvanecía poco a poco a lo lejos.

Я достал из воды тельце маленького медвежонка, но то, что случилось со мной через некоторое время, стало настоящим потрясением

Cuando finalmente llegué a la carretera, caí al suelo, respirando con dificultad.

En ese momento comprendí: nunca hay que intervenir en la naturaleza salvaje. Allí rigen sus propias leyes. Y el ser humano siempre es un extraño allí.

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